El Sol es indispensable para la vida, y por tanto para el organismo. Constituye la principal fuente de vitamina D y su ausencia puede generar osteoporosis, asma, problemas cardíacos, colesterol, alergias o depresión. Los baños de sol disminuyen la presión sanguínea y las infecciones respiratorias, e incrementan la respuesta inmunológica y muscular.
El Sol aporta muchos beneficios, pero un exceso de exposición conlleva muchos riesgos: eritemas, quemaduras, cataratas y trastornos oculares, envejecimiento prematuro de la piel, inhibición del sistema inmune, cáncer de piel y otros trastornos cutáneos.
Hoy en día, es imprescindible utilizar cremas con factores de protección solar; es decir, con filtros que eviten los efectos nocivos de las radiaciones ultravioletas:
– Los Rayos UVA: penetran profundamente. Aceleran el envejecimiento cutáneo y ocasionan daño al colágeno y a la elastina, resultando carcinogénicos.
– Los Rayos UVB: Sólo penetran hasta la epidermis. Son muy peligrosos porque alteran la estructura de las células, disminuyen la capacidad inmune y propician la formación de radicales libres. Son acumulativos, por lo que una piel que se queme reiteradas veces en la juventud, tiene más posibilidades de generar Cáncer, aunque haya estado protegida el resto de su vida.
Lo que realmente miden los FPS es la capacidad que tienen de retrasar las quemaduras del sol. Cuanto más alto sea el FPS, durante más tiempo tendremos protección. Sin embargo, entre un factor 5 y 25 hay mucha diferencia, en cambio entre un 30 y un 50 muy poca.
En Estados Unidos y Canadá están prohibidos los FPS mayores de 30, para evitar que los consumidores tengan una excesiva confianza, al creer que una sola aplicación evita los daños solares. Por eso, consideran que estos mensajes llevan a equívocos importantes.
Las Cremas faciales y Corporales de Protección Solar de Emocosmética cuentan con filtros físicos y biológicos, alejados de los tradicionales factores químicos (sin nanopartículas) que resultan perjudiciales para la salud de nuestra piel. Estos filtros se encargan de reflejar y dispersar las radiaciones solares (UVB, UVA y luz visible e infrarrojos), actuando inmediatamente después de ser aplicados sobre la piel.
Los activos vegetales de sus composiciones, además de proteger, resultan de un incuestionable valor regenerativo, humectante y antioxidante para la piel, aportando un gran número de vitaminas que ayudan a contrarrestar el efecto perjudicial de los radicales libres.
Las Cremas faciales y Corporales de Protección Solar de Emocosmética son resistentes al agua, aunque recomendamos volver a aplicar tras el baño para garantizar una protección óptima sin fisuras.
Tras la exposición Solar, Emocosmética recomienda el uso de Bálsamos y Jabones que ayuden en la regeneración, hidratación y tonificación de la piel expuesta a nuestro peligroso aliado: El Sol.