Otro de los principales pilares de Emocosmética es la Cosmética Holística. Y entendemos como tal, aquella cosmética que no entiende de fronteras y que usa todos los remedios conocidos para que coadyuven en el beneficio de tu piel; y por consiguiente de tu estado emocional. Lo primero que debemos tener en cuenta es que en el Mundo existen muchas y muy variadas formas de entender, tanto la Salud como la ausencia de ésta.
Desde nuestra Medicina Occidental y su farmacopea, a veces nos cuesta entender otras visiones de la Salud. Pero no por ello, dejan de ser efectivas. Durante milenios, en todo el mundo se ha curado con remedios derivados de plantas o animales. En África y Asia, el 80% de la población se vale de estos remedios tradicionales, y no por ello, su índice de Mortandad es superior al occidental.
Nos cuesta entender cómo en el Norte de la India o Nepal, los tibetanos exiliados, son capaces de sanar a través de mantras reiterativos o a través de la vibración de un cuenco. O cómo la Medicina Tradicional China divide el cuerpo en canales energéticos que, a través de agujas de acupuntura, equilibran Cuerpo y Mente.
Esto, sin lugar a duda, nos lleva a cuestionarnos que la Salud y la enfermedad son conceptos más amplios y holísticos de lo que creíamos.
Si tenemos en cuenta las diferentes formas de entender la medicina que hay en el Mundo, descubrimos que hay cientos de principios activos que se utilizan, muchas terapias y técnicas sorprendentes que ayudan al Equilibrio general de nuestro Cuerpo, y sobre todo, al Equilibrio Integral de nuestro Estado Anímico.
Así pues, la labor de Emocosmética es aunar esta información y ponerla al servicio de todos.
Desde la década de los 70, la Organización Mundial de la Salud (OMS) habla de la necesidad de integrar fármacos tradicionales en nuestra medicina occidental; y define la medicina complementaria como un conjunto amplio de prácticas de atención a la salud que no forman parte de la propia tradición del país y no están integradas en el sistema sanitario principal. Son los procedimientos terapéuticos, con enfoque holístico, del proceso patológico, con relación entre cuerpo, mente y espíritu. Estos no tratan signos ni síntomas, sino causas externas e internas que conducen a un desequilibrio en el cuerpo anatómico. Dentro de la medicina complementaria se encuentra la fitoterapia, que es la medicina científica que estudia la utilización de productos de origen vegetal, con finalidad terapéutica para prevenir, atenuar o curar un estado de enfermedad.
Muchas culturas mantienen vivos los remedios más tradicionales
Parteras, curanderos, fregadores y sanadores son algunas de las personas que practican la medicina ancestral andina.
Los remedios van acompañados de ceremonias espirituales.
Según la OMS, la medicina tradicional abarca diferentes terapias y prácticas que varían entre países y entre regiones. Se utiliza desde hace miles de años para contribuir a la salud humana, en particular como proveedores de atención primaria en el ámbito comunitario. De acuerdo con la OMS, a partir del decenio de 1990 se ha constatado un resurgimiento de su utilización en muchos países desarrollados y en desarrollo.
Según la Organización Panamericana de la Salud, este tipo de medicina es parte de la cultura de un pueblo, no hay sociedad que no haya desarrollado algún sistema de medicina, sobre las causas de las afecciones, la manera de reconocerlas y diagnosticarlas, así como las formas o procedimientos para aliviar, curar o prevenir las enfermedades para preservar y promover la salud.
Con todo ello ¿es lógico plantear que sólo el conocimiento occidental es el razonable y verdadero? ¿acaso vivir de espaldas a otras formas de entender la Salud y los medios para alcanzarla es más provechoso?
¿No es más inteligente aprovecharnos de todo el Conocimiento adquirido a lo largo de los años para hacer fórmulas más ricas y saludables para tu piel? ¿Tienes algo que perder por aventurarte a conocerlo?